Creer que se podían hacer cosas diferentes, mejores, con una mejor experiencia al cliente, fue lo que motivó a Rosa Isela Velázquez Carrillo a emprender. Y aunque ha enfrentado muchos retos, desde las cosas que surgen día a día en la operación hasta una pandemia que los hizo temblar, su grupo ha sabido superar con carácter, determinación y tomar decisiones rápido cuando así deben tomarse.
¿Qué consejos les daría a otras mujeres que están empezando con sus proyectos?
Sean soñadoras pero a la vez frías. A veces romantizamos el emprendimiento a un nivel que nos impide identificar lo que es negocio de lo que no lo es. Los números son un lenguaje que como emprendedoras debemos dominar. Es como aprender un nuevo idioma, de verdad para mí así lo es, debemos comprometernos con aprenderlo desde la planeación de nuestro emprendimiento.
Cuando me enfrento a un reto, yo
Confío en mi intuición.
Si pudiera volver a los comienzos de mi negocio, me diría a mi misma
Valdrá la pena, toda buena siembra da sus frutos.
Una frase que me inspira es
Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas.
El mejor consejo que me han dado es
No todo en los negocios se trata de dinero, pero si no deja dinero, entonces no es negocio.
El podcast que más ha ayudado con mi negocio es
Cracks, Dimes y Billetes, Dementes y Creativo.
¿Qué le motivó e inspiró para abrir su propia empresa?
Creer que se podían hacer cosas diferentes, mejores, con una mejor experiencia al cliente. Mi primer emprendimiento fue LA CARRETA VERDE y surgió como un mero sueño como consumidora de negocios de ese giro; consumía 2-4 veces por semana en ellos y veía áreas de oportunidad súper claras: no se podía pedir para recoger, no podía pagar con tarjeta ni pedir factura, recibía un servicio deficiente, informalidad en los horarios (a veces estaba abierto y a veces no). Como cliente yo me daba cuenta y pensaba “no puede ser que nadie haga un modelo de carreta digno, bonito, con buen servicio, formal”, me lo repetía una y otra vez hasta que yo sola me respondí “pues hazlo tú a ver si es cierto” jajaja y aquí estamos 6 años después coordinando 25 puntos de venta en la ciudad, más una marca nueva (AQUÍMIS HUEVOS) con apenas un año y expansión de 3 ubicaciones.
¿A qué retos se ha enfrentado en su trayectoria como empresaria y cómo los ha superado?
Los retos son muchos, desde las cositas que surgen día a día en la operación hasta una pandemia que nos hizo temblar. Se superan con carácter, determinación y tomando decisiones rápido cuando así deben tomarse.
Creo que he madurado mucho como empresaria en los últimos años, porque al principio era puro corazón; tomaba decisiones motivada por sentimientos, era más emocional que analítica y eso varias veces me jugó en contra.
Ahora puedo decirte que los retos los superamos con objetividad poniendo todos los datos en la mesa.
¿Tiene algún truco/hábito/rutina que le ayude a mantener un buen equilibrio entre su vida profesional y personal?
Para mí es muy complejo porque mi esposo es mi socio y prácticamente hablamos de trabajo 24/7. Podemos estar con nuestros hijos y sacamos una idea de mejora o en medio de una junta nos acordamos de alguna ocurrencia de nuestros bebés y nos reímos. Si tengo que mencionar algo sería que amamos lo que hacemos a ese nivel de estar todo el día y todos los días pensando en qué nuevo proyecto arrancar o cómo mejorar los actuales. Lo disfrutamos y ya es parte de nuestra dinámica familiar, nos ha funcionado y se vale.