Inversiones Roka es un ejemplo de diversificación, una empresa que apuesta por la multiplicidad. Su organigrama se compone de cinco firmas, todas independientes pero a su vez correlacionadas.
Inversiones Roka, SAPI, es una sociedad tenedora de acciones de cinco empresas operativas: Cajas Agrícolas, Sigma Lapos, Kenworth del Noroeste, Kenworth de la Anáhuac y Rocklin de México.
A todas se les inculcan los mismos valores. El primero de ellos tiene que ver con la relación entre proveedores, siempre buscando una alianza de crecimiento con cada uno de ellos.
Su segundo valor va de acuerdo al tema de clientes, el cual siempre es dar un paso más allá del mercado, así como un fuerte compromiso con respecto a dar precios justos.
El tercer motor es el equipo de trabajo. Inversiones Roka considera fundamental darles seguridad en la empresa a los colaboradores, así como sus debidas prestaciones, bonos y utilidades.
El valor número cuatro tiene que ver con dar la rentabilidad y retorno a los accionistas del corporativo.
Finalmente, el número cinco se dedica al gobierno y sociedad, conduciéndose por la vía legal, así como la ayuda filantrópica.
Todo lo anterior, compartido por el director general del Grupo de Inversiones, Roberto Postlethwaite García, quien toma el cargo como segunda generación en la empresa fundada por su padre, Carlos Alejandro Postlethwaite Duhagon.
Cajas Agrícolas
Empresa mexicana fundada en 1979 dedicada a la fabricación de empaques para productos agrícolas, ganaderos e industriales.
En un principio comercializaban caja de madera para luego enviarla al campo. Sin embargo, se encontraron con dos contras: el primero era su peso y el segundo, las astillas que pudieran lastimar al trabajador o al producto, así que se optó por fabricar una caja de cartón con parafina.
“Al principio funcionaba muy bien y eran populares entre nuestros clientes. Sin embargo, era cero ecológica, debido a la cera, además de que el gobierno de Estados Unidos comenzó a cobrar un alto impuesto por el daño ambiental”, expresa Roberto.
La opción fue asociarse con una empresa alemana que generaba cajas reutilizables. La manera en la que trabajan es: una vez que la caja es utilizada, la empresa mexicalense se encarga de recolectarla en Estados Unidos, llevarla al centro de lavado y regresarla a México. Esta transición empezó hace 12 años.
“Nuestro siguiente paso es abrir centros de lavado en México controlados por Cajas Agrícolas para dar mejor presencia y servicio”, comparte.
Sigma Lapos
Sigma comenzó hace 30 años ofreciendo un servicio de pintura base electroestática para fierro y aluminio, cubriendo las necesidades de fundición, maquinado y acabado en un mismo techo.
“Comenzamos puliendo y pintando cabezas de palos de Golf, sin embargo nuestros clientes se fueron a China; había que diversificarnos así que comenzamos a fabricar y pintar piezas de aluminio para la industria alta mecánica”, comunica.
Kenworth del Noroeste y Kenworth de la Anáhuac
Esta firma es una distribuidora de camiones Kenworth, donde también se brindan servicios de mantenimiento, refracciones y financiamiento vehicular.
“Hace 20 años que comenzamos con la primera concesión en Baja California. Ha sido un crecimiento y una operación muy interesante porque trabajamos con una marca de alto prestigio y como tal debemos contar con un servicio de calidad”, dice.
Inmobiliaria Rocklin de México
“Esta es una inmobiliaria que proporciona servicios a nuestras empresas ofreciendo un precio competitivo. Nos servimos para cubrir las necesidades de cada empresa en cuanto a infraestructura para su crecimiento”, indica.
¿Nos puede compartir un momento de reto en su trayectoria laboral y qué fue lo que aprendió?
Ha habido muchos, uno de ellos fue el cambio del producto en Cajas Agrícolas, no fue tan bonito como te lo pinté. Fueron cinco años en los que nuestro producto estaba decayendo, de vender 100 se fue hasta 35. Entonces, yo creo que nos empezamos a hacer muy eficientes, teniendo buena comunicación con los clientes, y cuando se presentó la oportunidad de traer el nuevo producto, fue como volvimos a agarrar el ritmo, aprendí que hay que seguir preparándonos, a no quedarnos en nuestra zona de confort, porque si algo es garantía es que el mundo sigue cambiando y la manera de hacer negocios se transforma.