¿Qué le duele a tu empresa? ¿Las ventas no crecen o sientes que el mercado ya no responde? Así como una persona acude al médico cuando algo no está bien en su salud, las empresas también necesitan un diagnóstico certero y un tratamiento adecuado para sobrevivir y prosperar. Aquí es donde entra Paretto, el “hospital de empresas” que identifica el problema y aplica la mejor terapia para llevar a los negocios de la crisis a la estabilidad y el crecimiento.
Paretto se especializa en analizar a fondo las estructuras empresariales y detectar puntos de mejora con una visión integral. A través de metodologías probadas, su equipo diseña estrategias personalizadas para optimizar procesos, fortalecer equipos y mejorar la rentabilidad.
“Iniciamos con un diagnóstico. Muchas veces llegan buscando un servicio específico, pero cuando analizamos su situación, encontramos que la raíz del problema está en otra área”
Miguel Ángel Badillo, director de Contabilidad en Paretto
Así, aunque un cliente solicite apoyo en mercadotecnia, el análisis puede revelar que su problema real es contable o financiero.
Sintomas y tratamientos
“Nosotros somos hacedores. No solo decimos lo que hay que hacer, sino que trabajamos con las empresas para implementar estrategias de crecimiento que sean viables según su capacidad financiera y operativa”
Carmen Martínez, directora de Mercadotecnia y Comercial en Paretto
Su metodología se adapta a negocios de todos los tamaños, desde un emprendedor que quiere abrir una panadería, otro emprendedor que busca ejecutar una idea en su negocio, hasta una compañía de más de 50 colaboradores o en expansión que busca optimizar su rentabilidad.
Carmen Martínez describe un caso común:
“Muchos emprendedores piensan que regalar producto en un evento o bazar es una estrategia efectiva para darse a conocer. Nosotros les orientamos desde el principio: no inicies en pérdida. Creamos una estructura desde la parte contable hasta la mercadotecnia comercial, donde definimos estrategias que generen ingresos desde el inicio”
Otro caso concreto que ejemplifica la diferencia que Paretto puede hacer es cuando pequeña empresa de alimentos artesanales tenía problemas de flujo de efectivo y pensaba que su única solución era aumentar las ventas. Tras un diagnóstico, se identificó que el problema real era una estructura de costos mal calculada y una estrategia de precios ineficiente. Con ajustes en la administración y una redefinición de su modelo de negocio, logró aumentar sus márgenes de ganancia sin necesidad de incrementar sus ventas de inmediato.
En su colaboración con empresas más grandes, Paretto se ha enfrentando a desafíos como la gestión de personal o la optimización de procesos internos.
“Nos hemos encontrado con casos en los que los directivos sienten que pagan demasiado por ciertos puestos, pero el problema real es la falta de una estructura clara de contratación y rendimiento”. Ahí es donde entramos nosotros, revisamos procesos, identificamos problemas y vinculamos con especialistas cuando es necesario”, comenta Miguel Ángel Badillo.
A diferencia de una incubadora, que se enfoca en llevar una idea al mercado, Paretto trabaja en la consolidación de negocios a largo plazo, pues los han comparado con aceleradoras e incubadoras, pero su diferencia es que no están limitamos a la teoría.
“No solo guiamos, sino que estructuramos las bases para que, cuando llegue una crisis, la empresa tenga un plan B o C y no dependa de una única fuente de ingresos”, apunta Carmen Martínez.
“Así lo hemos hecho siempre”
En el camino, han encontrado un obstáculo recurrente: la resistencia al cambio.
“Sostener una mentalidad de hacer seguir haciéndolo igual, puede resultar inconveniente, porque aunque las empresas han sobrevivido hasta ahora, muchas podrían mejorar si adoptaran nuevas estrategias. Les decimos: ‘pruébalo, podría hacer la diferencia’, pero aún persiste esa resistencia”, comenta el director de Contabilidad.
Por otro lado, la directora de Mercadotecnia y Comercial se enfrenta a un perfil de emprendedor diferente: el que quiere hacer de todo al mismo tiempo.
“Hay quienes tienen una línea comercial, por ejemplo, de lámparas, y al día siguiente, deciden abrir una tienda de sillas. Luego, asisten a una conferencia y quieren vender ropa. Aún estamos construyendo bases sólidas para su empresa cuando ya quieren diversificarse sin un control”
Y agrega que esta falta de enfoque lleva a que algunos terminen perdiendo más de lo que ganan.
Los consultores comparten que tener un negocio también conlleva saber administrarlo; el trabajo es técnico y también cuestión de actitud, pues entre lo difícil del problema de una empresa, también está el empujar al empresario de que lo enfrente.
¿Puntos a tomar en cuenta para quienes desean emprender o Pymes?
Cuando hablamos de por qué fracasan muchas empresas, hay dos factores clave. Primero, la estructura de la sociedad: muchos negocios empiezan con amigos o familiares, pensando que la relación personal garantizará el éxito, pero no siempre funciona así. Es esencial definir desde el inicio qué rol tiene cada socio, qué aportará y cómo se distribuirán las ganancias. Un error común es que todos quieran hacer lo mismo y dividir las utilidades en partes iguales sin considerar responsabilidades y habilidades específicas. Por ejemplo, si una persona es más creativa y otra más estratégica, deben asignarse funciones acorde a sus fortalezas. También es crucial establecer acuerdos sobre qué sucede si un socio decide retirarse o si el negocio enfrenta dificultades. Segundo, la visión empresarial: muchos emprendedores esperan generar riqueza de la noche a la mañana, pero la realidad es que los negocios pueden tardar años en ser rentables. Además, cuando surgen problemas financieros o diferencias entre socios, la falta de acuerdos claros puede llevar al colapso. También influye la entrada de terceros en la toma de decisiones, como familiares o amigos, lo que puede generar conflictos internos. Para evitar esto, es recomendable establecer desde el inicio una estructura organizativa sólida y una visión de largo plazo.
Carmen Martínez
Una de las preguntas más comunes es: ¿cuándo debo darme de alta? Mi recomendación es hacerlo desde el día cero. De hecho, si planeas iniciar tu negocio en 2026, lo ideal es registrarlo desde ahora. Esto se debe a que, en los primeros años, la mayoría de los emprendimientos requieren inversión y aún no generan una ganancia financiera real, lo que tiene implicaciones fiscales importantes. Si no obtienes ingresos en 2025, por ejemplo, podrías compensar esas pérdidas en 2026, lo que ayuda a aliviar la carga fiscal del siguiente año. También es clave entender que la consolidación de un negocio no depende exclusivamente del tiempo; hay empresas que en dos años ya generan utilidades y otras que tardan más en lograr estabilidad. No hay garantías en cuanto a plazos, pero sí es fundamental llevar una adecuada gestión contable y fiscal desde el inicio para evitar problemas en el futuro.
Miguel Ángel Badillo