Con 95 años de existencia y a punto de ser nombrado sitio histórico, Rosarito Beach Hotel de Rosarito, Baja California es ejemplo de lo que una empresa familiar es capaz.
La historia de este gigante de la hotelería se remonta en 1924 fundado por Manuel P. Barbachano y su esposa en ese tiempo, la actriz de cine, María Luisa Chabert Uriarte.
Sus puertas han dado entrada a grandes estrellas tanto de Hollywood como del cine mexicano.
Entre los huéspedes figuran Orson Wells, Juan Gabriel, Robert Preston, María Félix, Spencer Tracy, Marilyn Monroe, Anthony Quinn, entre otros.
Fue hasta 1974 cuando María Luisa Chabert Uriarte extiende una cordial invitación a su sobrino, el empresario Hugo Torres Chabert, para que formara parte del negocio familiar.
En ese entonces el señor Hugo Torres Chabert de 38 años de edad se desempeñaba como contador público en la ciudad de México. Ahora sus hijos le describen como un empresario perseverante y disciplinado que enseña con el ejemplo.
¿Qué es lo mejor de ser padre?
Cumplir el reto y educar a mi familia para que sean buenos mexicanos.
¿Cómo ha sido el delegar responsabilidades a sus hijos?
No pensé en delegar, fui pasándoles encomiendas para que ellos las tomaran.
Nos puede compartir un momento de crisis y cómo lo superó
En 2007 hubo una ola de inseguridad que alejó a los turistas y al ver que las cosas no se componían me lancé como alcalde.
También dediqué 12 años al proceso de municipalizar la ciudad ya que era una delegación de Tijuana. Así que tengo un compromiso moral.
¿Qué consejo le daría a la comunidad empresarial que también tiene un negocio familiar?
Que los hijos conozcan la empresa desde la raíz para que decidan si se involucran o no. Comprometerlos sin forzarlos. Y finalmente que como padres de familia influyan para que sean excelentes ciudadanos.
No sólo es un hotel, es la casa donde vivimos grandes momentos
La familia Torres Ramírez se compone de los hijos Hugo Antonio, Gustavo Arturo, Laura Luisa, Rosa María y Daniel Alfredo.
El primero que tuvo la encomienda fue el mayor, Hugo, quien comenzó la apertura de Casa Torres, una boutique que recopila las mejores artesanías de México.
El segundo hijo, Gustavo, es egresado de Turismo y Hotelería de la Universidad de Nevada. Fue gerente de bebidas y alimentos donde abrió el restaurante Chaberts así como el bar de playa y la remodelación de habitaciones. Ahora se dedica a su vocación en su empresa inmobiliaria Re/Max.
Por su parte, Laura comenzó como asistente de recamarista, en donde aprendió a valorar el esfuerzo de los empleados. En 1999 adquirió la vicepresidencia de mercadotecnia y del 2007 a 2010 fue directora general. También fue presidenta del CCE Rosarito y Diputada de Rosarito.
Rosy también colaboró en el desarrollo económico y las enseñanzas de su padre las aplicó en el deporte. Ella fue campeona mundial panamericana de Ráquetbol en 2003 logrando por primera vez que México se adjudicara la medalla de oro sobre su competidor Estados Unidos. Ahora es presidenta del Club de Niños y Niñas de Rosarito donde forma a más de 100 menores.
Finalmente el hijo menor, Daniel Torres Ramírez, es el representante de los cuatro hermanos en el consejo directivo y desde hace tres años trabaja como asistente adjunto de dirección.
¿Fue difícil trabajar bajo la dirección de su padre y qué expectativas tenían?
Gustavo: Tenía la expectativa cambiar el hotel de la noche a la mañana y se cambió en 20 años. A veces era difícil sin embargo daba un ejemplo de lo que se podía lograr y poco a poco conseguía la autorización. Lo importante es no esperar sino hacerlo.
¿Cuál es el consejo que más valora de su padre?
Rosy: No te des por vencido, analiza el problema y lógralo.
Laura: Más que palabras fueron acciones. Lo que él hace vale más que lo que nos dice. Él es como quiero yo vivir.
Gustavo: A no conformarme y perseverar.
¿Para ustedes qué es trabajar en el patrimonio familiar?
Rosy: Es respetar el organigrama como empleado y separar la familia de los negocios.
Laura: El éxito consiste en que las generaciones venideras aprendan desde la raíz. Es importante decirles a nuestros hijos que deben cuidarlo porque no solo es un hotel, es la casa donde vivimos grandes momentos.
(Bien Informado/Estefany Maya)