Durante este 2021 hemos escuchado a diferentes profesionales hablar de la nueva pandemia que viene, que está relacionada a la epidemia de trastornos de la salud mental por el impacto del coronavirus. Uno de los causantes de estos trastornos es el estrés laboral crónico, que puede ocasionar graves problemas en la salud física y mental de los trabajadores e impactar negativamente a la productividad de las empresas.
El confinamiento y las restricciones que obligaron a muchas empresas a mandar a sus empleados a trabajar desde casa ha estado provocando un desgaste mental extra como consecuencia de la falta de desconexión digital. Esta situación es conocida como always on y puede derivar en el Síndrome de Burnout, un tipo de estrés reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2019 y que quienes trabajan desde casa tienen más posibilidades de padecer.
Desde marzo de 2020 el Síndrome del Burnout o desgaste profesional ha incrementado entre los trabajadores y está pasando factura al 75% de los empleados en México que teletrabajan a raíz de la pandemia, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Se puede decir que estamos ante una crisis de productividad, de entusiasmo, de voluntad, de propósito o de hastío existencial, que es entendible pues muchos colaboradores llevan más de un año sentados en la misma silla, misma habitación y ante el mismo ordenador sin mucho descanso, diversión, viajes y momentos de relajación con la familia y amigos.
Síndrome de Burnout
Síndrome derivado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no fue gestionado con éxito. Se caracteriza por tres dimensiones:
- Disminución de la energía o altos niveles de agotamiento.
- Falta de interés, negatividad o cinismo hacia el trabajo individual.
- Reducción de la productividad profesional.
Siempre encendido (always on)
Si bien el Burnout no es un fenómeno que surgió a raíz de la pandemia, ha contribuido a acentuarlo a partir de la incertidumbre y los cambios en el entorno laboral, junto con la implementación (y en algunos casos, abuso) del teletrabajo, han desdibujado aún más la separación entre la vida personal y profesional de las personas, hasta el grado de reconocer su incapacidad de desconectar del trabajo.
Ante esto, Jorge Adolfo Obregón Aragón, jefe de Vinculación de Proyectos del ICAMI, señala que uno de los principales factores que incrementaron este padecimiento en el teletrabajo es el prolongado confinamiento que “nos ha llevado a estar pendientes 24 horas al día los 7 días de la semana de nuestros clientes y colaboradores externos e internos, no se respetan los horarios de comida, de descanso y se van las horas seguidas en el home office, de tal forma que este espacio entre el entorno familiar y laboral tiende a perderse. Este agotamiento emocional está catalogado por la Organización Internacional del Trabajo como una pérdida del 3.5% al 5% del PIB, que ha tenido más relevancia en pandemia”.
El Burnout nos lleva a estar obsesivamente buscando obtener esa sensación de logro pero sin poder alcanzarla, por ansiedad, carga de trabajo o distracciones. Son precisamente estas últimas las que influencian este síndrome si se trabaja de manera remota, pues se ha establecido que los trabajadores dedican más del 50% de su jornada laboral, esto es 28 de 40 horas semanales, en tareas que parecen trabajo, pero no lo son, como reuniones, responder emails, al chat del trabajo y a otras actividades que directamente no son trabajo (WhatsApp, redes sociales, etc.). Una situación que se agravó con la pandemia porque la falta de concentración, propia de entornos laborales no preparados, ha hecho que el número de distracciones se multiplique y cause procrastinación en el trabajador.
Es el estar permanentemente encerrados en el ambiente laboral inadecuado, el deber de mantenerse conectado, perdiendo su estructura tradicional de trabajo y tener que adaptarse de emergencia a nuevas plataformas y adquirir habilidades tecnológicas lo que ha venido a agravar esta patología sociolaboral. Y el Burnout puede verse desde dos perspectivas como cualquier crisis, peligro u oportunidad, que puede incrementarlo o disminuirlo de acuerdo a la estrategia que se siga bajo esta nueva modalidad para trabajar. Desde luego, es más provechosos manejarlo como una oportunidad donde lo primordial es compartir consejos y herramientas para hallar el equilibrio entre la vida personal y la laboral, señala Enrique Lizárraga, presidente fundador de Grupo ELT Negocios.
Sumar, no sustituir
Con lo anterior, aunque el teletrabajo llegó para quedarse y ahora está siendo cuestionada su efectividad, Enrique Lizárraga y Jorge Obregón coinciden en que el mundo empezó a vivir otra era, una tecnológica, y como seres humanos tenemos esa capacidad de adaptación. Reconocen que la comunicación a distancia no es igual y que como seres humanos requerimos socializar con otros por naturaleza, pero es papel de las empresas fomentar una comunicación efectiva y rediseñar estrategias para que el colaborador se sienta trabajando en equipo y encuentre ese sentido de pertenencia en la organización, pues aunque se acabe la pandemia las plataformas seguirán, ya que las ventajas son muchas, solo es cuestión de saber usarlas, pues vinieron a sumar, no a sustituir.
“Si nosotros tenemos una comunicación deficiente, se va reflejar en un bajo rendimiento, probablemente nos aburriremos y si nos aburrimos, tendremos dificultad para concentrarnos, tener baja autoestima y poca realización personal, inclusive algunos otros temperamentos se comportan en agresividad verbal y física. El Burnout es un tema que debe ser analizado con mucha profundidad pero tenemos que actuar en consecuencia, y lo podemos prevenir, es lo mas importante”, señala Jorge Obregón.
Estrategias y buenas prácticas
Después de estos meses de incremento en la productividad como resultado del esfuerzo de muchos empleados y empresarios que estaban decididos a sacar a sus negocios adelante ante la pandemia, saben que el peor año de su historia fue el 2020, que no llegarán a las metas y cerrarán el año con una baja en su presupuesto. Pero algo muy preocupante es que como consecuencia este año ha traído consigo el Burnout.
Este padecimiento está representando una bomba de tiempo. El confinamiento está quemando a muchos colaboradores, pero también esta adversidad es producto de estrategias mal dirigidas que no proyectan que resulta más pertinente priorizar y reconocer que menos es más.
Como sabemos entre el 2020 y 2021, el trabajo desde casa ha sido un salvavidas para las empresas y personal para prevenir el Covid-19. Pero su mala gestión, particularmente al incrementar las jornadas, ha provocado esta alza del Burnout. Muchas empresas ya habían previsto este tipo de reacciones, porque ya lo estaban viviendo a menor escala, pero ninguna estaba preparada para una crisis de esta intensidad. Sin embargo, sí estaban preparadas para nuevos modelos de trabajo. Las empresas que ya practicaban el trabajo remoto solo tuvieron que hacer unos ajustes y sus colaboradores no se han visto afectados económica y emocionalmente durante el confinamiento. Por el contrario, aquellas empresas que no estaban preparadas se vieron obligadas a practicar el home office y tuvieron que invertir en capacitación y equipo para su personal, lo que generó estrés y ansiedad ante la emergencia de invertir tiempo y dinero en implementar y aprender de plataformas y programas, inclusive muy básicos como paquetería office. Tuvieron que rehacer los horarios de trabajo porque no podían estar todos presentes, según el giro. Además de implementar medidas sanitarias obligatorias.
“Es interesante hacer notar que la mayoría de las empresas dicen que una de sus principales fortalezas son los colaboradores, pero hay que reconocer que en la realidad es el capital más descuidado. Considero que la atención de los empresarios se ha enfocado a la supervivencia y en ese sentido muchas de las empresas están trabajando en una estrategia de vender, pero se les olvida que la compañía hace realidad sus objetivos con y gracias a su gente”, apunta el presidente fundador de Grupo ELT Negocios.
Como Recursos Humanos y como empresas tienen una responsabilidad social con el bienestar de los empleados, pero también en garantizar la productividad y la continuidad de su organización. Por ello, Enrique Lizárraga informa que “es muy importante que las empresas estén enfocadas no solamente en retener a sus colaboradores, sino también en buscar su promoción, entrenamiento, crecimiento y desarrollo. Que las compañías posean una estrategia que produzca resultados en esta etapa de home office”.
Además, comparte que las empresas que lograron mantener a su personal en condiciones saludables física y emocionalmente son aquellas que siguen mejores prácticas cuyos empresarios no solamente se esfuerzan por generar dividendos, sino que son un vehículo para crear prosperidad en la comunidad y que es en estos tiempos de pandemia donde han salido los liderazgos de estas compañías que fomentan la responsabilidad social empresarial.
Cultura de balance
Gestionar de una manera adecuada los recursos humanos y la cultura organizacional en la empresa (desde el estilo de liderazgo, fomentar un plan de desarrollo de carrera e implementar programas formativos) garantizaría el bienestar y reduciría al mínimo el padecimiento de Burnout en el personal. En este caso, el teletrabajo requiere otro tipo de liderazgo: uno más orientado en lograr resultados y objetivos que en la gestión por actividad o tiempo. Aún es necesario enseñar al empleado cómo organizarse en una jornada trabajando en remoto, pues requiere de otras habilidades, y eso lo están aplicando muy pocas empresas.
Por lo anterior, vemos que esta crisis sanitaria está evidenciando la importancia de que las empresas se apoyen de la capacitación continua, de coaching, de consultoría, inteligencia emocional, por mencionar algunos, para prevenir y, en su caso, contrarrestar estos posibles trastornos mentales. Es relevante cómo el conocimiento de gestión emocional resultará determinante para quien contrate.
“¿Que te cuesta más: capacitar a la gente y que se vaya o no capacitarla y que se quede en la empresa?”, cuestiona Jorge Obregón. “Por supuesto, la capacitación cuesta dinero, tiempo y esfuerzo, pero si capacitas a tu personal, si te preocupas por él, estás interesado en sus temas laborales, profesionales, morales, familiares y hasta espirituales, seguramente vas a formar un equipo de trabajo sólido, que va a conjugarse en un binomio excelente que se llama sentido de pertenencia, entones toda esa inversión que hiciste en tu personal se reflejará en los indicadores de desempeño, en calidad, ventas, innovación, prevención y muchos otros temas. La capacitación cuesta, pero cuesta más no capacitar”, responde.
Para lograr ese sentido de pertenencia, lograr el bienestar del empleado es necesario tener congruencia, como líder debe empezar por ser muy claro, plasmando los valores de la compañía y sobre todo pensar en cómo estos impactan en la estrategia de capital humano. Como ejemplo de este tema, si la salud mental y emocional es muy importante para la compañía, cómo lo muestras en tu estrategia y planes. Esta forma de organización, lleva su tiempo, y es factible empezar con un liderazgo que se pregunte qué tipo de ambiente quiere construir, comenzando por mostrar el camino a seguir entre su equipo. Siendo un empresario responsable que se preocupa no solamente por su entorno económico, sino también por el entorno social, pues al contratar a un colaborador también beneficias a toda su familia.
“El éxito de una empresa no es el crecimiento, es permanecer a través del tiempo, y para hacerlo necesitas gente capacitada, con sentido de pertenencia”, comparte Jorge Obregón.
Los directivos deben comunicarse con los colaboradores de forma regular, impulsar un equilibrio productivo entre el trabajo y la vida y confiar en los empleados para hacer el trabajo, definir expectativas laborales manejables. Las empresas pueden sentir que abordar el agotamiento es un recurso extra de tiempo y fondos, no obstante, es una inversión necesaria para el personal y la misión general de la empresa.
Algunas empresas ya están aprobando medidas para que sus empleados disfruten de actividades durante esta pandemia, desde clases de yoga, romper la monotonía tomándose un café a distancia con sus líderes o compañeros, practicar mindfulness, cualquier cosa lúdica o trivial, que embone con la estrategia y permita generar resultados. Los jefes que forman parte de este tipo de empresas han entendido la urgencia y necesidad de buscar que su negocio esté enfocado en el bienestar de sus colaboradores.
A más de un año del rompimiento obligado de nuestras rutinas cotidianas, el confinamiento y el distanciamiento social, se volvió relevante acceder y proporcionar información que nos ayude a conservar nuestra salud mental y física, a tener y compartir pensamientos positivos y, ahora más importante, buenas prácticas para trabajar desde casa y mantener a la comunidad unida a pesar del distanciamiento.
Esta pandemia, en esta modalidad de trabajo, más que como una crisis es manejarlo como una oportunidad para mejorar, para aprender, para crecer”.