Las empresas familiares presentaron características defensivas para enfrentar la crisis del COVID-19, han recurrido en menor medida al despido de su personal y sienten menos preocupación viendo al futuro respecto a las compañías que no son familiares, reveló una encuesta del Instituto de Investigación de Credit Suisse.
“Su modelo financiero más conservador construido sobre menor apalancamiento y fuerte generación de flujo de caja ha demostrado ser una ventaja”, explica el informe.
El instituto encuestó a 145 empresas familiares y 124 empresas no familiares para examinar el impacto de la pandemia en las operaciones actuales y futuras.
El ochenta por ciento de los encuestados destacó el impacto negativo del virus, y pocos esperan que los efectos adversos se disipen rápidamente. A pesar de los retos que trajo el COVID-19, los modelos de negocios de las empresas familiares proveen relativamente más resiliencia y su desempeño continúa por arriba del mercado reflejado en el precio de sus acciones.
La encuesta sugiere que las empresas familiares tienen más probabilidades de reestructurar los negocios existentes, mientras que las firmas no familiares se diversificarían más fácilmente en nuevos productos o servicios.
Sin embargo, ambos grupos de empresas encuestadas creen que es probable que cambie la forma en que operan sus negocios y que esto planteará desafíos sociales ya que el 60 por ciento de las empresas no familiares y el 48 por ciento de las familiares creen que es “probable” o “muy probable” que sus empresas cambien a una fuerza laboral flexible más temporal en lugar de empleados a tiempo completo en un mundo post COVID-19