Ver ocupadas en su totalidad las butacas de un teatro representa para Leonor Quijada Franco, directora general de la Sociedad Artística Sinaloense (SAS), una gran alegría y satisfacción, pues es el resultado de una ardua labor de promoción, explicación y convencimiento para que el público asista a los eventos que promueve.
Hace 20 años un grupo de personas inquietas por traer a la ciudad experiencias artísticas de calidad y formar públicos que aprecien la cultura y el arte conformó la SAS.
“El tiempo no perdona y ya tenemos 20 años. Los cumplimos en febrero de este año, y la misión sigue siendo la misma: formar públicos que aprecien el arte, por todo lo que significa: sensibilización, mejora su percepción del mundo, mejora su calidad de vida, conocen realidades distintas que los hacen aspirar a más cosas y mejorar la imagen que tienen de su ciudad y de la ciudad al exterior”, expresa Quijada Franco.
En estas dos décadas, la SAS ha realizado 25 producciones, casi una al año, lo cual es uno de los logros que más enorgullecen a su directora general, por el trabajo que significa.
“Una producción conlleva mucho, ya sea de ópera, teatro, musical, por los preparativos, la curaduría de qué queremos hacer, conseguir recursos, los ensayos, la producción, y luego ya la salida al público”, resalta.
La celebración del vigésimo aniversario se inició ya con la cuarta temporada de la obra Tres días en mayo, en la Ciudad de México, una puesta en escena que ha sido muy bien recibida por el público y la crítica.
Sin adelantar muchos detalles, Leonor comentó que dentro de la temporada 2019 se contempla el remontaje de Las caras del amor, un recital de poesía elaborado por Élmer Mendoza, y la gira de un espectáculo polaco, además de que están en negociaciones con la mezzosoprano canadiense Wallis Giunta.
Retos
Para la directora general de la SAS, los mayores retos siguen siendo conseguir la voluntad política para facilitar una oferta de esparcimiento en la entidad y convencer al público de que asista a los espectáculos.
“No ha sido fácil posicionar y sobrevivir con un programa cultural de paga, frente a todos los que son gratuitos y que pueden ser buenos, variables, pero la gente no distingue porque ya el que sea gratuito le forja un estándar; además de que no es un artículo de primera necesidad”, explica.