Un error convertido en oportunidad, así califica Manuel Humberto Gallardo Inzunza la creación de Fundación Markoptic, ya que en la búsqueda de una solución tecnológica para el problema de su glaucoma se propuso, junto con su hermano Juan Carlos, fabricar una microválvula.
Para construirla compraron una maquina que no servía a su propósito, pero si para producir prótesis robóticas de vanguardia.
Con 3 años de su fundación, Markoptic crea diferentes fuentes de trabajo por cada prótesis que se construye, y tienen el reto de ser una fundación líder en donación de dispositivos electrónicos de alta calidad para dar soluciones a personas con alguna discapacidad.
Por el momento se ha desarrollado el primer prototipo de prótesis robótica y colchón vibrador, dirigidas principalmente a adultos y adolescentes, en tamaño mediano y grande, ya que para la fabricación del tamaño pequeño que puedan usar niños, se necesita más tiempo y capital.
Oportunidad
Gallardo Inzunza, director de la fundación, señala que cada prótesis lleva una inversión monetaria grande, ya que para su construcción se necesita comprar piezas en Estados Unidos o Europa, por lo que se encuentran en la búsqueda de personas voluntarias que quieran donar su tiempo, dinero o herramientas para la obra.
Con un equipo de maquinas de alta tecnología y colaboradores altamente calificados, Markoptic busca que empresarios se suman a la causa, para que en conjunto desarrollen tecnología con fines comerciales que sirva para generar rentabilidad para crear dispositivos de donación.
“Nosotros no compramos nada para donar, todo lo diseñamos, desarrollamos y manufacturamos nosotros mismos”, señala Manuel Humberto Gallarzo Inzunza, director de Marktoptic