Los científicos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) trabajan en la generación, validación y transferencia de conocimiento científico y desarrollo tecnológico para el impulso del sector alimentario, así como capital humano altamente capacitado para ello.
La doctora Josefina León Félix, Profesor-Investigador Titular del CIAD, señala que las tecnologías que hoy en día impulsan la innovación en el sector alimentario son las tecnologías genómicas (ómicas).
El término “ómicas” refiere principalmente a las disciplinas como la genómica, la proteómica, la transcriptómica y la metabolómica. Las tres últimas son dependientes del ambiente y se agrupan bajo el concepto de “genómica funcional”, ya que estudian a los productos de la expresión de los genes. Todas las “ómicas” se basan en el análisis de un gran volumen de datos, y por lo tanto, se valen de la bioinformática, y de técnicas automatizadas y de alto rendimiento.
Las tecnologías ómicas están destinadas principalmente a la detección del conjunto completo de: el ADN, los genes (genómica, que determinan la respuesta posible); los ARN mensajeros (transcriptómica, el inicio de la respuesta); las proteínas (proteómica, lo que conduce a la respuesta) y los metabolitos (metabolómica, la respuesta) en una muestra biológica específica, por ejemplo en cualquier órgano o tejido de una planta o animal, y en microorganismos.
La metabolómica está llamada a complementar la información bioquímica obtenida de los genes y las proteínas, facilitando las reconstrucciones genómicas actuales del metabolismo y mejorando nuestra comprensión de la biología celular y fisiología de diferentes sistemas biológicos.
Josefina León Félix indica que de la siguiente manera Estas tecnologías pueden impulsar al sector agrario:
- En la comprensión de los mecanismos moleculares de la respuesta de la planta a diferentes estreses, e identificar los genes candidatos clave que regulan la tolerancia a dichos estreses que pueden implementarse en los programas de mejoramiento.
En el aprovechamiento de una variedad de sustancias químicas producidas por las plantas, a menudo denominadas “fitoquímicos”, que se pueden utilizar como medicamentos, alimentos, combustibles y materias primas industriales; para diferenciar cultivares comercialmente importantes.
Proporcionar una mayor comprensión de la biología de la fruta, especialmente relacionada con la maduración y la calidad.
Como herramienta de la ingeniería metabólica para cambiar las dimensiones y mejorar la vida de anaquel de las frutas. En la biofortificación para el enriquecimiento de nutrientes de cultivos (aumentado el nivel de provitamina A, aumentando el nivel de folatos, alterando lo niveles de flavonoides, alterando el sabor y aroma de las frutas).
En el aprovechamiento de los microorganismos. Los productos naturales producidos por microorganismos representan la principal fuente de moléculas bioactivas, lo que ha contribuido de manera importante al renacimiento de nuevos antibióticos usados como agentes de control biológico, lo que está impulsando de forma importante la sustentabilidad agrícola.