En la edición de junio del 2005 de Bien Informado se publicó una entrevista con la familia García López propietaria de la empresa sinaloense Calzzapato, un negocio dedicado a la venta de zapatos para toda la familia y accesorios.
La gran familia Calzzapato
Una familia unida y comprometida con su empresa, con su patrimonio, dan la fortaleza para crecer y estar orgullosos de su trabajo. Lamberto García Salazar y Evangelina López Villa, unieron sus vidas en matrimonio con un proyecto familiar bien establecido. Sabían que para lograr sus sueños, su proyecto empresarial era importante.
“En nuestros inicios como matrimonio, nuestra idea era crecer primeramente como familia, formar a nuestros hijos e inculcarles el hábito de trabajo. Siempre nos preocupábamos por educarlos bien, de manera responsable, y eso nos llevó a donde estamos”, comenta la señora Evangelina.
Calzzapato nació en el Mercado Garmendia, con una huarachería bajo el nombre de La Principal, con la que la pareja aprendió a trabajar, a tratar a la gente y a saber hacia dónde se querían dirigir. El empuje y la pasión empresarial de sus fundadores llevó a ese pequeño establecimiento a crecer y convertirse en lo que hoy es una empresa sinaloense.
Ese local se mantiene como una joya. La expansión de tiendas se vivió primero en el centro de Culiacán con lo que ellos llamaron sus tiendas punteras alrededor del mismo Mercado Garmendia y poco a poco se fueron agregando más.
Al 2005 contaban con 32 tiendas y más de 300 empleados directos.
El nombre de Calzzapato surge a raíz de un viaje que hicieron los señores García hacia la Ciudad de México, donde escucharon por la radio que había una tienda llamada así. Con curiosidad fueron a conocer el establecimiento y vieron que su nombre estaba escrito con ‘K’. A la señora Evangelina López le gustó el nombre y lo tomaron de inspiración cambiando las letras para que no hubiera problemas. Al tiempo dicha tienda cerró y la empresa sinaloense siguió creciendo.
Crecimiento
La entrada de tiendas Calzzapato a otras ciudades comenzó casi de manera circunstancial. Su primera tienda fuera de Culiacán se instaló en Guamúchil producto de una deuda impagable.
“Fuimos a Guamúchil a conocer al señor y pues nos dijo que no teníamos dinero, pero que ahí estaba el negocio, nuevo, recién puesto. Ese negocio fue el primero que abrimos a todo lujo, porque este señor tenía muy buenas ideas. Nos enseñó a trabajar mejor”, comentó García Salazar.
En sus inicios, el trabajo no fue nada fácil. Don Lamberto se dedicaba a trabajar en Guamúchil mientras la señora Evangelina cuidaba los negocios en Culiacán, y a su familia.
Ambos coinciden en que al incorporarse sus hijos a la empresa familiar fue cuando se hizo más fácil el crecimiento, ya que con la nueva generación llegó la modernización de los sistemas, de los inventarios, y otros elementos que facilitaron de gran manera el manejo de los establecimientos tanto locales como foráneos.
Venta por catálogo
Una de las estrategias que los empresarios aplicaron para atacar la competencia fue la de venta por catálogo, estrategia que significaba una nueva alternativa de compra para los clientes.
Aún cuando el margen de utilidad de esta modalidad es compartido fue atractivo debido al posicionamiento, presencia de marca y venta en volumen.
Familia y proveedores, su fuerza
Los directores de la empresa declararon que la fuerza de Calzzapato está en los proveedores, y por ende, en sus productos.
También la unión familiar se convirtió en una unión empresarial, de los seis hijos del matrimonio, tres forman parte activa del mismo.
Repitiendo las palabras de su fundador y director, Calzzapato es una gran familia. Un negocio que comenzó de manera modesta va en camino a consolidarse en la región. Su variedad, calidad y sobre todo su profesionalismo se nota, trasciende.