La red de mujeres voluntarias de Sociedad en Acción de Sinaloa (SUCEDE) se prepara para trabajar en la restauración social de La Reforma, Angostura y como parte de este proceso concluyeron con gran éxito el taller pedagógico Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE).
Isabel Mendoza Camacho, directora de la asociación civil SUCEDE, explicó que en este curso interactivo y lúdico participaron 16 mujeres que tuvieron la oportunidad de aprender a sanar heridas, transformar la memoria ingrata, generar prácticas restaurativas y recibir herramientas para recuperar la confianza.
“Frente a la violencia y a sus causas, las ESPERE permiten que las personas receptoras de alguna forma de violencia consoliden nuevos aprendizajes de manejo de emociones y de restauración social, cultural y psíquica”, indicó.
Agregó que en el escenario mexicano, si bien es urgente el tratamiento de la violencia ciudadana, también es urgente dar tratamiento a la violencia estructural y cultural que se ha legitimado como forma cotidiana de relación.
Subrayó que las graduadas son liderazgos activos de La Reforma: emprendedoras, pescadoras, comerciantes y ciudadanas que quieren un cambio, una nueva forma de convivencia desde la paz, el perdón y la reconciliación.
La directora de SUCEDE agradeció a los directivos de ESPERE Sinaloa y de Comunidad de Sinaí IAP por este regalo de vida para las mujeres del campo pesquero más grande de México, quienes concluyeron este taller con gran motivación y convicción de hacer cambios positivos para ellas y sus familias.
Señaló que uno de los principales objetivos de SUCEDE es restauración de la bahía Santa María, sin embargo para lograr un proceso integral es necesario la restauración de las personas y de la comunidad.
Cabe destacar que ESPERE es un curso interactivo y lúdico constituido por 11 módulos de trabajos: 6 de perdón, 4 de reconciliación y 1 de enlace. Cada módulo tiene una duración aproximada de 3 horas. Actualmente se desarrolla en 19 países. Durante 15 años de trabajo, las ESPERE han llegado a más de 2 millones de personas en 20 países en los que la metodología ha sido adaptada a diversas poblaciones. Ha recibido diversos reconocimientos entre los que se cuenta el Premio UNESCO de Educación para la Paz en 2006.