Melissa M. Lieras es psicóloga clínica, egresada de UABC. Trabaja en consulta privada bajo el enfoque de terapia Gestalt y también es psicóloga educativa en una secundaria en el departamento psicopedagógico. Tiene una maestría en psicoterapia Gestalt y otra en consejería psicológica, además de un diplomado en mindfulness, yoga y nutrición.
La obesidad tiene un componente psicológico conocido como hambre emocional. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 en México, el 39.1% de los adultos de 20 años y más tienen sobrepeso y el 36% obesidad.
El hambre emocional es cuando tratamos de satisfacer nuestras necesidades emocionales a través de la comida, en lugar de responder a un hambre física, que es la necesidad de nutrir nuestro cuerpo.
“La comida nos da una sensación de bienestar. Podemos diferenciar entre el hambre emocional y el hambre física al reconocer cuándo una situación estresante nos lleva a buscar alimentos específicos que son grasos, calóricos y con alto contenido de azúcar”
Para reconocer el hambre emocional, la psicóloga M. Lieras sugiere hacer un análisis interno con estas dos preguntas:
¿La necesidad de comer es para satisfacer el hambre fisiológica o es solo por deseo de un alimento específico? ¿Me programo para comer con calma o siento un deseo urgente de comer?
Tipos de perfiles de la conducta alimentaria:
La psicóloga Melissa M. Lieras explica que, según el cuestionario de perfil de alimentación de Cynthia Last, existen cinco patrones psicológicos relacionados con los hábitos alimenticios y su relación con la comida:
Comedor compulsivo, comedor hedonista, comedor reductor de estrés, comedor evasivo y comedor vigorizador.
¿Qué puedo hacer con mi hambre emocional?
Primero, reconocer y aceptar qué emoción no estás gestionando. Luego, identificar la causa. En tercer lugar, nutrir el corazón con actividades que beneficien tu bienestar emocional, mental, espiritual y autoestima. Finalmente, practicar la atención plena, comiendo sin distractores y prestando atención a los estímulos.
“Si me siento triste, puedo nutrir mi corazón relacionándome con personas que me abracen y me den palabras de apoyo, tratándome bien, echándome porras. Hacer cosas para alimentarme con amor eventualmente disminuirá el hambre emocional”
Finalmente, recomienda tres técnicas para mejorar nuestra relación con la comida: Técnica PNL, mindfulness y psicoterapia.
- +75% de la poblacion en Mexico tiene sobrepeso u obesidad
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