México ha conseguido una destacada participación en la industria de los semiconductores gracias a su intervención en el diseño, fundición, manufactura y empaque, de los chips, reveló la consultoría Deloitte en un análisis dado a conocer el 17 de noviembre.
Consecuencia de estas ventajas, el gobierno de Estados Unidos anunció una iniciativa para promover la producción de semiconductores en México, Panamá y Costa Rica. El programa destinará fondos del Departamento de Estado al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para financiar proyectos de ensamblaje, prueba y empaquetado.
Apenas en octubre, la empresa Foxconn, originaria de Taiwán, anunció la apertura de una planta en el país, en la zona metropolitana de Jalisco para ensamblar los superchips GB200 de Nvidia, que es un componente clave de la plataforma para la próxima generación de la familia Blackwell.
Foxconn es identificada a nivel mundial por ser el mayor ensamblador del iPhone de Apple. De acuerdo con expertos de Deloitte, los microcomponentes se encuentran en aparatos electrónicos como relojes, videojuegos, teléfonos, computadoras, equipo hospitalario y vehículos automotores.
Estos semiconductores son indispensables para la fabricación de otros artefactos, requieren la programación específica para su desarrollo e impulsan negocios de billones de dólares alrededor del mundo.
“Su relevancia en la industria mundial es tal, que cuando la pandemia interrumpió su fabricación y distribución, se tuvo que detener también la producción global de autos”
De hecho, el objetivo de la expansión por otros territorios, como México, es evitar que las cadenas mundiales de suministro vuelvan a verse afectadas. El subsecretario de Comercio Exterior, Luis Gutiérrez, confirmó a la agencia Reuters que están considerando seriamente desarrollar un programa de incentivos fiscales, dirigidos a la fabricación de vehículos eléctricos y semiconductores.