Fundada en 2015 por Juan Gabriel Succar y Jorge Lizardi, Verde Compacto nació de una doble inquietud, la sustentabilidad ambiental y la viabilidad de modelos de negocio innovadores. La empresa se especializa en el diseño, fabricación e instalación de sistemas de agricultura vertical en interiores, una tecnología que busca reducir el impacto ambiental de la producción de alimentos y al mismo tiempo garantizar el acceso a productos frescos y nutritivos durante todo el año.
Ambos fundadores comenzaron a desarrollar ideas de negocio desde temprana edad, y fue en esa búsqueda que se acercaron al campo, a pesar de provenir de una familia con raíces en la industria zapatera. Con ese acercamiento, identificaron los principales desafíos estructurales del sector agrícola; uno de ellos es el uso ineficiente del agua, ya que el 80% del consumo global se destina a la producción de alimentos, de los cuales más de la mitad se desperdicia por malas prácticas de riego.
Otro punto crítico es la huella de carbono generada por las cadenas de distribución. En promedio, una lechuga recorre más de 3,000 kilómetros (distancia entre el Bajío y Canadá) antes de llegar al consumidor final, lo que implica largos procesos de almacenamiento, refrigeración y transporte que incrementan el impacto ambiental.
“La industria agrícola se industrializó tanto que las cadenas de distribución se volvieron demasiado largas y complejas”
Juan Gabriel Succar, co-CEO de Verde Compacto
A estos retos se suma la creciente inestabilidad climática, que afecta los calendarios de siembra y provoca pérdidas considerables. De acuerdo con datos mencionados por Juan Gabriel Succar, las pérdidas anuales de alimentos en el campo mexicano atribuibles al cambio climático serían suficientes para abastecer completamente a una ciudad del tamaño de Monterrey, Nuevo León.
Fue a partir de este diagnóstico que los fundadores encontraron en la agricultura vertical una vía concreta para atender estos retos. La tecnología permite cultivar alimentos en espacios controlados, con menor consumo de agua, sin necesidad de pesticidas, y en ubicaciones cercanas al consumidor final, lo que reduce el desperdicio y la contaminación por transporte.
“El propósito de Verde Compacto es transformar la producción de alimentos para hacerla más sustentable, y que más personas puedan tener acceso a alimentos frescos y de alta calidad, sin importar dónde estén”, comenta Juan Gabriel Succar.
Producción agrícola eficiente, localizada, escalable y sustentable
Verde Compacto ha desarrollado su sistema insignia, llamado Huvster, consiste en granjas hidropónicas instaladas dentro de contenedores marítimos de 40 pies, equivalentes a 30 metros cuadrados, que pueden producir hasta 50 mil cabezas de lechuga al año.
“En un metro cuadrado se pueden producir alrededor de 150 piezas de lechuga al mismo tiempo; contra el cielo abierto se producen entre 6 y 12”.
Esta diferencia se debe al aprovechamiento de la hidroponía vertical y a un sistema automatizado que permite rotaciones continuas de cultivo. Mientras que en el campo tradicional puede haber entre dos y cuatro cosechas anuales por metro cuadrado, en un Huvster es posible alcanzar hasta 13 ciclos.
El contenedor como infraestructura ofrece ventajas significativas, pues “es un modelo muy versátil, muy práctico y permite que se hagan proyectos modulares. Puedes empezar con uno y escalar según el consumo del proyecto”.
Estas unidades pueden abastecer, por ejemplo, hasta 100 hogares de cuatro personas con hortalizas frescas, producidas localmente y sin intermediarios. Gracias a su diseño estandarizado, se ensamblan en serie en León, Guanajuato, y se envían listos para operar a cualquier punto del país o del extranjero. Solo requieren conexión a agua y electricidad.
El sistema de Verde Compacto permite además un ahorro significativo en agua, ya que para producir una cabeza de lechuga en campo abierto se requieren más de 15 litros de agua, mientras que en sus contenedores se usan menos de 2 litros por unidad, logrando un ahorro de hasta el 98%. Además, el ambiente cerrado reduce la necesidad de pesticidas, evita desperdicios y facilita una trazabilidad completa del proceso.
La tecnología desarrollada por la empresa incluye un software propio que controla variables como temperatura, humedad, iluminación, ventilación, CO₂ y nutrición, maximizando la eficiencia de cada ciclo de producción. Su automatización permite cultivar en climas extremos o zonas áridas, como Monterrey, donde instalar una granja urbana directamente en la ciudad elimina costos logísticos y garantiza productos más frescos y sustentables.
“Con un Huvster puedes producir en el centro de la ciudad. Lo que cosechas en la mañana, lo puedes consumir en la tarde, sin traslados, sin desperdicio, sin empaques”, destaca Juan Gabriel Succar.
Los cultivos principales son hortalizas de hoja como lechuga, espinaca y albahaca, además de brotes, microgreens y algunos tubérculos baby. También ofrecen contenedores diseñados para producir forraje hidropónico para ganado, capaces de generar hasta 700 kilogramos diarios con una huella hídrica y ambiental mínima.
El modelo de negocio de Verde Compacto ha despertado el interés de múltiples sectores, como desarrollos inmobiliarios, universidades, desarrollos urbanos, empresarios, supermercados, hoteles, restaurantes y gobiernos. Además, la empresa ha desarrollado versiones más pequeñas de sus sistemas, como el Huvster Mini o el Huvster Home, para producción doméstica o piloto.
Un futuro de mil granjas
Verde Compacto ha vendido casi 20 granjas, aunque falta mucho por hacer, dice Juan Gabriel Succar, estas instalaciones ya han permitido ahorrar más de 25 millones de litros de agua, preservar más de 100 mil metros cuadrados de tierra y evitar la emisión de más de 12 mil toneladas de CO₂.
“Nuestro objetivo para 2030 es tener mil granjas instaladas. Eso multiplicaría por 50 el impacto que tenemos hoy. Y lo más importante es que cada granja produce todos los días, todos los días genera ahorros, todos los días transforma. Queremos que el cambio sea imposible de ignorar. La agricultura vertical no es la solución, pero sí una de las muchas soluciones necesarias para enfrentar la crisis alimentaria y climática”, concluye el co-CEO de Verde Compacto.