Los ciudadanos tienen la obligación de ser exigentes y cuestionar a las autoridades, porque esa es la manera como se elevarán los niveles de los gobiernos, aseguró Miguel Treviño de Hoyos.
El ex alcalde de San Pedro Garza García, Nuevo León, disertó el 15 de noviembre en el Summit 2024 Ciudades con futuro. Sin miedo a la acción, realizado en Los Cabos, la conferencia “Fortaleciendo la seguridad ciudadana desde el municipio”, en la que explicó lo que durante seis años hicieron en su municipio para mejorar las condiciones de seguridad y convivencia de sus ciudadanos.
“Gobernar un municipio con ciudadanos exigentes, que siempre suben la vara, que observan lo que haces bien y lo que haces mal, que una vez que logras algo que para ti es importante, al día siguiente ya te están subiendo la vara, esa es la mejor bendición para un gobernante”
Por eso, sugirió a todos los presentes en la cumbre organizada por Foro Mar de Cortés asumir esa responsabilidad de ser exigentes con sus gobernantes.
“Cuando lo hacemos con sustancia, apoyados en encuentros de diálogo como este, estamos haciendo una contribución muy importante a nuestro país, ayudando a que suba toda la gestión pública y el nivel de los gobiernos”
El caso de San Pedro Garza García
Al exponer el caso de San Pedro Garza García, Treviño de Hoyos reconoció que es un municipio con características muy particulares que facilitan propiciar condiciones de seguridad, ya que es pequeño de apenas 130 mil habitantes, con pocos accesos y con recursos que no tienen la mayoría de las alcaldías del país, pero sobre todo con una ciudadanía muy participativa y exigente.
En los dos periodos de su gobierno trabajaron en tres ámbitos para lograr esas mejoras en seguridad y convivencia ciudadana que hizo a San Pedro Garza García liderar 19 de 24 encuestas del INEGI como el municipio más seguro de México. Estos tres ámbitos son formación, operación y ocupación de espacios públicos. En el caso de la formación de policías, explicó que se dividió en reclutamiento, formación inicial y formación continua de agentes.
“Pertenecer a la Policía de San Pedro se volvió algo tan aspiracional que actualmente es una corporación que está recibiendo todo el tiempo, generación tras generación, muchachos y muchachas talentosas de todo el país”
En su municipio estableció como requisito tener título profesional para aspirar a ser policía, ampliaron el proceso de formación inicial de 6 a 9 meses y una vez integrado a la corporación, seguir con la formación continua. Además, se mejoraron las condiciones salariales, ya que en San Pedro Garza García el policía que menos gana es 24 mil pesos mensuales libres. En cuanto a la operación, el modelo de seguridad se rige en un enfoque basado en hechos y datos para la toma de decisiones.
“Para nosotros fue fundamental ese enfoque, es un énfasis que yo no veo en mis colegas alcaldes y es poderosísimo, ya que es lo que nos permitió gestionar al municipio con una sensibilidad muy detallada de lo que estaba pasando”
También se hizo una depuración importante para contar con policías confiables, lo que disminuyó a 350 la cantidad de agentes, pero al final de su administración, con los ingresos de nuevos reclutas, la fuerza se elevó a 650.
“Lo importante de esta cantidad de policías para un municipio relativamente pequeño es que pudimos reducir la distribución de cuadrantes en el territorio municipal y eso acortó los tiempos de traslado de un policía para recurrir a emergencias. En San Pedro nos toma 3 minutos llegar a una llamada de emergencia”
El tercer eje fue ocupar el espacio público, lo que lograron con el rescate de parques en los primeros 3 años y con proyectos de regeneración urbana, como el Centro Histórico, en el segundo periodo.
“El valor de la seguridad es sentirte tranquilo para estar afuera y en esto el espacio público, no solamente el que esté en condiciones que sean verdaderamente atractivas, sino además tener activaciones que te dan ganas de estar ahí compartiendo con otras personas”
El ahora director de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey consideró que una buena ciudad es aquella que propicia el buen encuentro de los extraños en los espacios públicos.
Este municipio, agregó, puede servir como un laboratorio que permite establecer causas y efectos y en ese sentido lo que hicieron para reducir los índices de seguridad puede servir para aprender algunas lecciones que puedan aplicarse en otras regiones del país.