Encender la mente y los corazones de niños, jóvenes y adultos para hacer de nuestro mundo un lugar de armonía es el objetivo por el que a través de su música trabaja a diario Luis Núñez Valenzuela, un joven culichi que desde hace diez años toca el ukulele.
Para este artista sinaloense, el ukulele se ha convertido en una terapia, en una clase, en un mensaje de esperanza, y por eso busca que llegue a tantos sea posible, a fin de hacer crecer en Sinaloa la comunidad ukulele.
Desde quinto grado de primaria Luis Núñez aprendió a tocar la guitarra, creció con ella y a todos lados lo acompañó por muchos años, sin embargo, el cariño que le tomó al ukulele logró que encontrara su verdadedero camino.
“Descubrí que el ukulele es el instrumento perfecto para que niños y adultos se acerquen a la música, pues su cómodo tamaño y fácil aprendizaje invita que a cualquier edad se aprenda a tocar el noble instrumento”, comenta.
El ukulele es un instrumento que nace en las islas de Hawaii y siempre ha sido vinculado con el amor, la felicidad y la paz.
Keiki Pono
Luis Núñez inica Keiki Pono con el objetivo de compartir su conocimiento con todos aquellos que tengan un interés por el ukulele, y ofrece clases a partir de los 6 años en adelante, formando grupos de todas las edades, que trabajan en equipo y se expresan a través de la música de acuerdo con su nivel de aprendizaje.
El nombre está conformado por las palabras hawaianas Keiki: Niños y Pono: Justicia, armonía, balance. El ukulele siempre ha sido vinculado con el amor, la felicidad y la paz.
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