Las consecuencias de la sequía han llevado a un aumento en los precios de la carne de res, especialmente en el norte de México, donde se registró un incremento del 3.3% en 2023, en comparación con un escenario sin sequía. Esta información proviene del reporte sobre las economías regionales de abril a junio de 2024, publicado por el Banco de México (Banxico), que explora la relación entre este fenómeno climático y la producción de carne en el país.
El norte, que incluye estados clave para la ganadería como Baja California, Chihuahua, Sonora y Coahuila, ha sido el más afectado por la sequía, lo que ha reducido la disponibilidad de pastizales. Esta situación ha forzado a los productores a sacrificar su ganado antes de que alcance su peso óptimo; esta región representa el 21.7% de la producción nacional de carne de res. Además, cada mes adicional de sequía conlleva una disminución del 0.36% en el peso promedio de los animales sacrificados, lo que impacta directamente en la cantidad de carne disponible en el mercado.
En el corto plazo, el sacrificio anticipado de ganado ha permitido un aumento temporal en la oferta de carne, lo que ha contribuido a una reducción de los precios o a una contención momentánea de los mismos, lo que puede parecer beneficioso. Sin embargo, en los años siguientes, la falta de reses maduras ha resultado en un aumento de precios del 0.32% por cada mes adicional de sequía en el año anterior. Los especialistas de Banxico destacan que el impacto de la sequía en los precios deja de ser estadísticamente significativo después del tercer año.
La segunda región más afectada es el centro-norte de México, que incluye importantes estados ganaderos como Jalisco, Sinaloa, San Luis Potosí y Durango. En esta área, los precios de la carne aumentaron un 2.5% en 2023 en comparación con un escenario sin efectos climáticos adversos; estas entidades en conjunto generan el 35.5% de la producción de carne de res en el país.
Con información de El Economista