Expertos avizoran una nueva oportunidad de crecimiento para la entidad. Se trata de la bioeconomía, que consiste en la generación de productos útiles para la sociedad, a través de una transformación responsable y con apego al conocimiento científico y la innovación. En entrevista para Codesin, Jaime Parada Ávila asegura que el potencial de Sinaloa hoy en día consiste en 12 millones de toneladas de biomasa que podrían transformarse en insumos para las industrias farmacéutica, alimentaria, médica, agrícola, entre otros.
Conveniencia
Cuestionado sobre la pertinencia de la bioeconomía, Parada Ávila refiere que, de entrada, procura “un manejo responsable de los ecosistemas para que no agotemos los recursos naturales. Está preocupada de hacer un uso responsable del sector primario, eso implica que los produzcamos con respeto al medio ambiente, respeto al agua, a los suelos, al aire. Que no dejemos la huella ambiental perniciosa para las futuras generaciones”. Además, asegura una oferta segura de productos saludables para el consumo humano. “Consiste en explorar todas las posibilidades que ofrecen los productos del sector primario para crear fuentes de trabajo de calidad a través de conocimiento científico, tecnológico y de innovación”, recalca.
Respecto a las oportunidades que tendría Sinaloa, el experto destaca que la entidad tiene “un potencial enorme porque esta tierra es muy productiva, valle, costas, agua, tierra. Sinaloa tiene la obligación de aprovecharlos de manera integral. Hoy día tenemos 12 millones de toneladas de productor del sector primario. Eso conlleva a generar biomasa residual representa una enorme oportunidad para los nuevos productos de la bioeconomía. A través del conocimiento científico, la transformemos en productos útiles, fuentes para desarrollar productos de interés para diversas industrias”. Parada Ávila recalca que se trata de un tema estratégico y aunque en el estado ya hay empresas pioneras en el tema, deberán generarse las condiciones para poder desarrollar la bioeconomía en la entidad. Por ejemplo, invertir en la educación superior y la tecnología