Originario de Hermosillo, Sonora, hace más de 20 años, en 1996, Simón Enrique Dorado Huitrón se instaló en Los Mochis, Sinaloa, por cuestiones laborales. Desde muy joven se desempeñó en el área de sistemas y desarrollo de software y, posteriormente, en la producción de alimentos.
Hace un año llegó a ocupar el puesto de gerente general de Molinera del Fuerte, en medio de una etapa de transición generacional dentro de la empresa.
¿Cuáles son los principales retos que ha enfrentado como gerente general?
Uno de ellos ha sido la transición, el cambio generacional, pues con ello se vienen ideas y formas nuevas de hacer las cosas, de seguir avanzando en el desarrollo del negocio y de productos novedosos y más interesantes para el consumidor. Además de que en este giro cada año es diferente, cambian mucho las condiciones, por lo que siempre hay nuevos retos que enfrentar.
¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje que ha obtenido en sus años de trabajo?
Estar siempre despierto y alerta, buscando las oportunidades y la mejora continua, con mucho tacto en el tema personal para caminar todos juntos. En esta industria las crisis pegan mucho, por eso hay que saber moverse rápido para adaptarse a los cambios y tomar las oportunidades que se presenten.
¿Cuál es su filosofía personal y profesional?
Basarme siempre en mis principios y trabajar continuamente en desarrollar hábitos, y cuidarlos, para que esa constancia me vaya desarrollando como persona. Mediante la repetición de los hábitos y cuidando los principios, uno permanece siempre firme, siendo congruente con lo que piensas, dices y haces.
¿De qué manera impacta esta filosofía en la empresa?
La dinámica que uno trae la va contagiando a más gente, y eso permea ya sea en la casa, con los amigos o en el trabajo. Algo que aquí hemos trabajado mucho es precisamente en la disciplina, el trabajo con honestidad y el decir las cosas transparentemente.