El sueño es un ritmo circadiano fundamental, al igual que la temperatura corporal y el estado de ánimo, entendiendo que circadianos son ritmos biológicos adaptativos a un ciclo de 24 horas, influenciados por factores como la luz, la actividad física, las interacciones sociales y la regularidad en las comidas, explica el neurofisiólogo clínico Javier Albares Tendero.
Agrega que el buen sueño y el descanso adecuado afectan positivamente en el estado de ánimo, la creatividad, la empatía y la capacidad de afrontar trastornos como la ansiedad y la depresión. El sueño es a menudo el ritmo circadiano más descuidado.
En el caso de los niños y adolescentes, el sueño cumple una función de reparación y limpieza de toxinas acumuladas durante el día, así como en el desarrollo neurológico. No obstante, la falta de sueño adecuado en esta etapa puede tener consecuencias a largo plazo en la salud cerebral y emocional, afectando el rendimiento académico, la estabilidad emocional y la predisposición a trastornos mentales, como la depresión.