Abisag Patiño es la creadora de Geek Greens, una empresa que se dedica a producir brotes (microgreens) y flores comestibles para la industria restaurantera en Baja California.
“Empezamos en 2015 y actualmente somos un equipo de tres personas. Mi experiencia comenzó años antes, trabajando en hidroponía. Durante 10 años, trabajé para Sharp, en Plus Digital, una distribuidora de tecnología. Fue allí donde me ofrecieron un proyecto relacionado con la acuaponía, un sistema que fusiona el cultivo de plantas con la cría de peces. Nadie sabía mucho sobre el tema en ese entonces, pero me interesó y decidí investigar”
El sistema de acuaponía tiene raíces mexicanas: las chinampas de Xochimilco, en la Ciudad de México, usaban este principio para el cultivo de hortalizas. En términos simples, el sistema de acuaponía funciona así: los peces comen y sus desechos se convierten en abono para las plantas. El agua rica en nutrientes pasa por las raíces de las plantas, las cuales, al absorberlos, oxigenan el agua, que luego vuelve a los peces completamente limpia. Así es como crecen las hortalizas.
“Al principio no sabía nada sobre acuaponía, pero me enviaron a tomar varios cursos, incluyendo uno en Miami, para entender el sistema. Eventualmente, me mudé a Hawái, donde me certifiqué en acuaponía, hidroponía y aeroponía. De hecho, es interesante saber que en Hawái existe una certificación oficial para estas técnicas, cosa que no existe en México”
Cuando regresó a México, empezó a organizar un invernadero y pronto comenzó la producción de lechugas y albahaca para los clientes de Luz Digital y Sharp, como parte de un proyecto de responsabilidad social. En ese entonces, era una novedad recibir productos frescos directamente del invernadero, y la respuesta fue muy positiva.
Fue durante un viaje a Nueva York, en 2017-2018, cuando descubrió los microgreens. Un amigo le invitó a un evento de sustentabilidad y ahí conoció a unas personas de San Francisco que estaban comenzando a cultivar microgreens.
“A partir de ese encuentro, me certifiqué en la producción de microgreens en Nueva York y volví a México con la intención de experimentar con ellos”
En 2019 produjo sus propios lotes de microgreens, combinando lo que sabía sobre acuaponía con esta nueva técnica. Aunque los microgreens normalmente se cultivan en tierra, decidió probar con agua, integrando ambas tecnologías.
Su visión siempre ha sido a futuro, influenciada por su tiempo en Hawái, donde aprendió mucho sobre la agricultura sostenible. En Japón, por ejemplo, todos los aeropuertos están llenos de sistemas hidropónicos para producir alimentos. Esta tecnología permite ahorrar hasta un 90% de agua, lo que es crucial en un mundo con recursos hídricos limitados.
Uno de los aspectos que más le interesa es el valor nutricional de los microgreens. Estos brotes, como el de brócoli, son extremadamente ricos en aminoácidos y nutrientes esenciales.
“De hecho, uno de los motivos por los que inicié este proyecto fue para ayudar a mi hermana, que trabaja con niños con cáncer. Ella me hablaba sobre las dificultades alimenticias de los pacientes, y los microgreens resultaron ser una opción saludable para aliviarles el dolor, sin recurrir a tratamientos como la marihuana, que no es legal en México.
Nuestros clientes incluyen restaurantes en Baja California, como Alma Verde, L’abricot y Moma, entre otros. Muchos de nuestros clientes son chefs gourmet que utilizan nuestros productos no solo como decoración, sino también como ingredientes que aportan sabor y valor nutricional a sus platillos. De hecho, colaboramos como patrocinadores en eventos de recaudación de fondos”
En cuanto a las especies que produce, tiene más de 30 tipos diferentes de microgreens: desde zanahorias, rábanos y albahaca, hasta brócoli, rábano, melón, girasol, cebolla, berros, cilantro, entre otros. Además, desde hace tres años ha comenzado a cultivar flores comestibles, como pensamientos, violas y flores negras, que son muy populares en la industria restaurantera por su color y su capacidad de dar un toque especial a los platillos.
Todas sus producciones son orgánicas, sin el uso de pesticidas ni químicos. Importa sus semillas de los Estados Unidos y cuenta con todos los documentos y certificados disponibles para garantizar que sus productos cumplen con los estándares.
“Quiero destacar la importancia de ser conscientes de lo que consumimos. En un mundo donde la escasez de agua y alimentos es cada vez más cercana, es fundamental apoyar a los productores locales y entender el impacto que tiene en nuestra alimentación. El supermercado puede ser una opción más barata y menos fresca, ya que los productos muchas veces pierden sabor y calidad debido a los procesos de conservación. Comprar directamente de productores como nosotros no solo beneficia la economía local, sino que también promueve una agricultura más sostenible”