La dependencia de México del gas natural importado de Estados Unidos, que actualmente representa el 70 por ciento de sus importaciones, aumentará en los próximos años, según un informe de Fitch Ratings dado a conocer el 20 de febrero.
De acuerdo con la calificadora crediticia, el país enfrenta una creciente demanda energética, limitada producción interna y expansión en la infraestructura de gasoductos, factores que impulsarán el consumo de gas estadounidense.
Si bien esta situación proporciona una fuente confiable y rentable de energía, también expone a México a la volatilidad del tipo de cambio y a posibles interrupciones en el suministro, especialmente en el contexto de las tensiones comerciales con el gobierno de Donald Trump. Fitch Ratings advierte que las incertidumbres en la relación bilateral entre México y Estados Unidos han aumentado desde la llegada de Trump a la Casa Blanca. Sin embargo, señala que, hasta el momento, la administración estadounidense se ha enfocado en las exportaciones mexicanas y no en la regulación del comercio de gas.
“Un aumento brusco de los precios del gas importado será negativo para la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que tendrá que absorber el incremento de los costos iniciales, lo que impactará al Gobierno mexicano”, señala el informe.
El reporte prevé que la participación del gas estadounidense en el mercado energético mexicano continuará en ascenso, impulsada por nuevos proyectos de infraestructura, mayor uso de la capacidad de transporte de gasoductos y expansión de la capacidad de generación eléctrica y proyectos energéticos. Fitch también advierte que una interrupción prolongada en el suministro de gas estadounidense podría afectar negativamente el desarrollo de nueva infraestructura energética en México.
Actualmente, más del 60 por ciento de la generación eléctrica en México depende del gas natural y el 70 por ciento del consumo proviene de Estados Unidos. En contraste, la producción nacional de gas, encabezada por Petróleos Mexicanos (Pemex), ha disminuido desde 2010, incumpliendo sus objetivos de producción. México cuenta con una infraestructura estratégica para la importación de gas, con aproximadamente 19 mil kilómetros de ductos y una capacidad de transporte cercana a los 6.5 millones de pies cúbicos por día.