En una industria tradicionalmente dominada por hombres, Berenice Gaeta Lizárraga ha logrado abrirse paso con visión, preparación y una firme convicción de que el liderazgo femenino tiene un lugar protagónico en cualquier sector. Arquitecta de formación y especialista en seguridad electrónica, Berenice es fundadora de Mi Guardia, empresa con más de once años en el mercado, dedicada a ofrecer soluciones tecnológicas de resguardo patrimonial en entornos industriales, comerciales, desarrollos verticales y comunidades residenciales.
Su historia comenzó en Tijuana, ciudad que adoptó como suya desde hace más de dos décadas. Fue ahí donde, lejos de contar con capital o redes de contacto, emprendió desde cero en un terreno altamente competitivo. En sus primeros años, enfrentó con frecuencia el escepticismo.
“Cuando comencé, había pocas mujeres liderando empresas de seguridad. Incluso dentro de mi primer trabajo, las mujeres estaban relegadas a roles administrativos. Llegar como gerente fue romper un patrón”, recuerda.
Su impulso fue el deseo de aprender y construir algo propio. Con disciplina autodidacta y pasión por el conocimiento, combinó trabajo con estudios, formándose en temas de arquitectura, tecnología y seguridad hasta convertirse en una referente en su campo. Ese mismo espíritu de superación ha sido una constante también en su papel como líder. Para Berenice, dirigir no significa únicamente tomar decisiones, sino compartir lo aprendido.
“No sirve de nada que tú como líder conozcas las innovaciones si no las compartes con tu gente. La clave está en transmitir el conocimiento”, afirma.
La apuesta por la transformación digital ha sido otro pilar del crecimiento de Mi Guardia. La implementación de plataformas tecnológicas, la colaboración con desarrolladores internacionales y el uso de sistemas basados en la nube han permitido a la empresa operar sin fronteras. Sin embargo, la tecnología no ha desplazado el enfoque humano de su liderazgo. Para Berenice, la inclusión también es parte de su misión. Hoy, además de dirigir su empresa, es docente en la Escuela Libre de Arquitectura y forma parte de la Comisión de Mujeres de la Industria, espacios desde donde impulsa una cultura de colaboración.
“El liderazgo femenino no solo se trata de ocupar espacios, sino de abrir puertas a otras mujeres y fomentar el trabajo colaborativo”, comparte. Con esa visión, se ha propuesto que cada paso que da en su carrera profesional tenga eco en la trayectoria de otras mujeres.
“La inclusión comienza con nosotras. No basta con querer llegar lejos, hay que traer a más mujeres contigo”, afirma con firmeza.
A once años de haber fundado Mi Guardia, Berenice Gaeta Lizárraga no solo ha construido una empresa sólida, también ha marcado un precedente: que es posible liderar con innovación, ética y perspectiva de género, incluso en las industrias más cerradas.