Si hubiera una lista Forbes animal, la abeja aparecería en las listas de los seres más ricos del planeta, pues abonarían en su cuenta los miles de millones de dólares que genera gracias a la polinización, expone el portal de economía Forbes.
Dicha riqueza es gestionada por la apicultura, una actividad discreta y cuyos medios de vida y desarrollo se basan en la presencia de recursos naturales: abejas, plantas en flor y el agua. Aunque existe en Sinaloa, son pocas las empresas que hacen de este su principal sustento, pues requiere de gran inversión y conocimiento. Una de ellas está ubicada en Sataya, Navolato, pero con alcance a todo el estado, es Sobeni, una empresa familiar con un legado arraigado en la apicultura que se extiende por cuatro generaciones, que tiene como objeto garantizar la continuidad en el tiempo de las abejas en la naturaleza y la agricultura a través de la polinización de plantas cultivadas.
“Sobeni se dedica a polinizar en hortalizas y en árboles frutales. También producimos miel de forma indirecta, porque en la etapa cuando hay mucha floración hay miel en abundancia” Rogelio Sosa Valdez, socio y apicultor de Sobeni
Las plantas en flor y las abejas tienen una simbiosis perfecta, las unas no pueden existir sin las otras. Las abejas recogen sus sustancias nutritivas de las flores y, con la polinización, aseguran futuras generaciones de plantas y alimentos disponibles para futuras generaciones de abejas y personas. El también veterinario comparte que el valor de la polinización es difícil de estimar, pero si se calculara, sería el más alto de la apicultura. Para darse una idea, el 75% de los cultivos de alimentos del mundo dependen en cierta medida de la polinización y el 35% de las tierras agrícolas mundiales. Desde antaño, la apicultura ha formado parte de la agricultura de los pueblos, con la cual hace una segunda “simbiosis” perfecta.
Por lo anterior, la polinización de las plantas cultivadas es indispensable para que la vida continúe sobre la tierra, pues junto con la agricultura garantizan la seguridad alimentaria, mejoran la nutrición, la lucha contra el hambre y la prestación de servicios sustentables.
¿Qué es la polinización?
La polinización es la transferencia de granos de polen de la parte masculina de una flor (antera) a la parte femenina (estigma) de otra o de la misma flor. La transferencia fecunda la planta. El nuevo cigoto formado contiene la carga genética de ambos padres con la que se formarán semillas, frutos y nuevas plantas.
Rogelio Sosa señala que hay muchos polinizadores naturales,
“pero la abeja es la de mayor actividad, es un animalito muy inquieto, que no está tranquila, hasta la noche que llega a su casa es cuando está en descanso, pero de una forma u otra está trabajando, por ejemplo, ahí dentro ellas tienen que tener una temperatura y mueven las alas a la vez que están creando energía”
Agrega que las plantas polinizadas correctamente producen frutas y hortalizas más grandes, uniformes, de buen sabor y con micronutrientes; de lo contrario, no aprovechará necesariamente sus recursos de manera uniforme, produciendo por defecto frutas y hortalizas deformes o blandas que no sirven para exportar.
“Sobeni prepara las colmenas con abundante abeja para llevarla a las empresas agrícolas que nos contratan, en cultivos de chile morrón, berenjena, verduras orientales, arándano, calabaza, entre otros. La función es que la abeja haga su vida normal ahí, pecoreando, para que la fruta amarre y no aborte la planta. Para el productor de la hortaliza significa dinero, porque va a tener más fruta de mayor calidad de exportación”
Calidad
Para Sobeni, ofrecer la mejor calidad y cantidad de fruto es su principal enfoque, que avalan se cumpla con el trabajo de más de 50 mil abejas mieleras por colmena que el agricultor requiera, las cuales son entregadas con puntualidad y con servicio de entrega e instalación los 365 días del año. La empresa apícola también labora con su caja Sobeni, diseñada con una medida más práctica para transportar en las agrícolas, pues las cajas tradicionales son más difíciles de maniobrar, además cuenta con el mismo número de bastidores y la misma población de abejas que las cajas de tamaños tradicionales.
Destaca que sus apicultores cada 15 a 20 días revisan que la abeja reina, que es certificada y mejorada genéticamente, trabaje bien, que se esté reproduciendo y tenga buena población, agregar alimento si hace falta, o cambiarla de ser necesario. “Nuestro compromiso es que la polinización no tenga fallas”.
Retos
La disminución de la población de abejas está afectando tanto la producción de miel como la seguridad alimentaria y la biodiversidad. La pérdida de estas incansables obreras compromete a futuro la capacidad para cultivar frutas, verduras, semillas y frutos secos.
Sosa Valdez indica que el uso intensivo de pesticidas-herbicidas, sobre todo aquellos no regulados, ha reducido al mínimo las zonas de pecoreo (recolección de néctar), impactando de forma dramática a la abeja. A esto se le suman los efectos del cambio climático y la falta de agua. Por lo que hace un llamado a los agricultores, autoridades y sociedad civil a cuidar más a este animalito para seguir garantizando la supervivencia de todas las especies y ecosistemas.