La biodiversidad ofrece servicios ecosistémicos, por ejemplo: polinizadores, abastecimiento de agua, diversidad de especies, hábitats, etc., los cuales con prácticas sustentables en la agricultura y con acciones de conservación tienen la capacidad de autoregenerarse.
La reestructuración de los sistemas agroalimentarios demanda cambiar la forma de interactuar con la naturaleza, gestionar los recursos naturales y realizar las actividades diarias en el sector primario, que incluye agricultura, ganadería, pesca y acuicultura.
Avanzar hacia un campo futuro implica reconsiderar la conexión del sector primario con la biodiversidad, especialmente con la agrobiodiversidad. En este contexto, la agricultura sostenible se presenta como una visión esencial para reformular políticas públicas, acciones gubernamentales y programas prioritarios, tanto desde el ámbito estatal como en las prácticas diarias de los productores.
Comprender esta interrelación y sus implicaciones para las generaciones futuras plantea un desafío significativo. Por lo tanto, se desglosan todos los elementos para explicar dónde se encuentra su punto de convergencia.
Biodiversidad
Preservar la biodiversidad es esencial para la humanidad, ya que proporciona bienes y servicios fundamentales para el desarrollo y la calidad de vida. En el ámbito agrícola, la biodiversidad se refiere principalmente a la variabilidad genética de cultivos y plantas, como maíces nativos, calabazas, chiles, algodón, aguacate, vainilla, piña, amaranto, entre otros, conocidos como agrobiodiversidad.
La biodiversidad desempeña un papel crucial en la agricultura al garantizar la soberanía y seguridad alimentaria, así como la producción sostenible y continua de alimentos. Sin embargo, la agricultura, que utiliza la mayor proporción de la tierra y casi dos tercios del agua disponibles, también tiene impactos ambientales significativos, contribuyendo a la contaminación del agua, emisiones de gases de efecto invernadero y otros tipos de contaminación del aire y el agua. Esto afecta la base del futuro agrícola a través de la degradación del suelo, salinización y reducción de la agrobiodiversidad.
Prácticas agrícolas sostenibles
Se destaca la importancia de adoptar prácticas agrícolas sostenibles para mitigar estos efectos. La agricultura en México puede ser productiva, competitiva, rentable y sostenible al integrar la biodiversidad en su proceso de producción. Esto implica aprovechar los conocimientos tradicionales, aplicar ciencia e innovaciones tecnológicas y empoderar a los productores para adoptar prácticas sostenibles.
La promoción de prácticas agrícolas sustentables no solo garantiza la seguridad alimentaria global, sino que también respalda ecosistemas saludables y contribuye a la gestión sostenible de la tierra, el agua y los recursos naturales. El manejo eficiente del suelo y del agua, a través de prácticas como la rotación de cultivos, el uso de rastrojo sobre la superficie del suelo, la diversificación de cultivos y el uso de biofertilizantes, resulta fundamental para obtener alimentos nutritivos y de calidad, a un menor costo, evitando la degradación de los terrenos y la infertilidad.
Algunas prácticas agrícolas sostenibles en la agricultura:
Rotación de cultivos:
Consiste en la siembra sucesiva de diferentes cultivos en un mismo campo siguiendo un orden definido, lo que contribuye a evitar plagas, enfermedades y la diseminación de maleza, lo cual remueve mínimamente el suelo, se evita la compactación de este y, su encostre y la erosión.
Rastrojo sobre la superficie del suelo:
El rastrojo influye en la calidad de los suelos, en términos de propiedades físicas, químicas y biológicas, que dependen en forma directa de calidad, que para que activen sus procesos esenciales para su conservación y la producción de sus cultivos, se necesita que contengan sustrato en forma de materia orgánica que se obtiene al dejar todo o un porcentaje del rastrojo anterior, sobre la superficie.
Diversificación de cultivos:
Es un sistema agrícola que usa cultivos múltiples en el mismo espacio, imitando la diversidad de ecosistemas naturales, y evitando los grandes soportes de las cosechas únicas, las cuales pueden ser simultáneas o a intervalos, de donde se obtiene mayor rentabilidad, ya que se distribuyen los costes de manejo en las distintas especies cultivadas en el mismo sitio.
Uso de biofertilizantes:
Los biofertilizantes son productos a base de microorganismos benéficos del suelo, en especial bacterias y/o hongos, que viven asociados o en simbiosis con las plantas y ayudan de manera natural a su nutrición y crecimiento, además de ser mejoradores de suelo, los cuales pueden ser clasificados de acuerdo al mecanismo(s) empleado por la bacteria para promover el crecimiento de las plantas (fijadores de nitrógeno, solubilizadores de fosfatos o promotoras de crecimiento).