Con dos emprendimientos en ciernes actualmente, la consulta privada como psicoterapeuta psicoanalítica y la franquicia de Pakmail, Envíos y Empaques, hacen de Gabriela Camarena Tirado una persona con siempre algo nuevo por aprender, y siempre en proceso de formación y elaboración constante.
¿Qué consejo les daría a otras mujeres que están empezando con sus proyectos?
Creo que se requerirá de un pensamiento muy orientado a lo humano, a una escucha activa y empática; el uso de IA será cada vez más frecuente. Entonces, hablar, escuchar, construir subjetividad y vínculos que nos permitan sentirnos acompañados, creo que será más importante que nunca.
Cuando me enfrento a un reto, yo
Me detengo un momento y trato de entender el contexto y los recursos que tengo para su atención.
Si pudiera volver a los comienzos de mi negocio, me diría a mi misma
Tú dale, con miedo, pero dale. Volvería a escogerlo.
Una frase que me que inspira es
“Si tienes una hora para resolver un problema, usa 55 minutos para analizarlo -hacer un diagnóstico y entenderlo-, y 5 minutos para implementar la solución” de Albert Einstein.
El mejor consejo que me han dado es
Cuida la confianza que lo demás depositan en ti: vale más tu palabra que tu dinero.
El libro que más ha ayudado con mi negocio es
“La administración de lo absurdo”, de Richard Farson y “Pequeño cerdo capitalista”, de Sofía Macías.
-¿Qué le motivó e inspiró a abrir su propia empresa?
Tengo dos emprendimientos en ciernes actualmente: La consulta privada como Psicoterapeuta Psicoanalítica y la franquicia de Pakmail -Envíos y Empaques-. En ambos siempre hay algo nuevo por aprender, me siento en proceso de formación y elaboración constante.
En el caso de la Psicoterapia Psicoanalítica, me motivó la idea de retomar mi raíz como psicóloga y trabajar a un ritmo y por sueños propios. Para mi el Psicoanálisis es una forma de vida. Requiere de una formación y estudio constante, por no decir que permanente. En 2018, hice una maestría en Psicoterapia Psicoanalítica, y actualmente tengo mi consulta privada. El siguiente paso es iniciar la formación como psicoanalista en IPA-APG.
En el caso de la franquicia -Pakmail-, es un modelo de negocio probado de un servicio esencial -empaque y envíos-. Se dio la oportunidad de probarme como empresaria y la tomé. El tema de la logística y paquetería es apasionante, tiene muchas aristas. Ha cobrado relevancia por el tema del comercio electrónico y la posibilidad de que las personas que se dedican a emprender, puedan ofrecer sus productos a todo el país, o a todo el mundo. Creo que muchos emprendimientos nacen así, de una oportunidad y no tanto por un proceso muy pensado o razonado: se agota un ciclo y llega otro con la oportunidad de volver a empezar, la vida se reorganiza.
¿A qué retos se ha enfrentado en su trayectoria como empresaria y cómo los ha superado?
Mi trayectoria como emprendedora es muy corta aún, estoy en la fase inicial, pero creo que el principal reto hasta donde voy, ha sido no desistir.
La vida transcurre entre momentos alegres y momentos difíciles, así que habrá que estar atenta para lo que surja en ambos emprendimientos, el contexto siempre es cambiante y yo también voy cambiando. También mantener la calma durante la pandemia, ha significado muchos ajustes, cambios. Al ser responsable de un equipo, de un emprendimiento, tienes compromisos con personal, proveedores, clientes. No puedes tirar la toalla o cambiar de dirección a la primera dificultad.
¿Tiene algún truco/hábito/rutina que le ayude a mantener un buen equilibrio entre su vida profesional y personal?
Trato de ser disciplinada y respetuosa del tiempo ajeno y propio. Me ayuda el establecer espacios y horarios para atender los diferentes aspectos de mi vida, que no se empalmen: Si estoy en la oficina, estoy en la oficina. Si estoy en el consultorio, estoy con el paciente. Es muy fácil caer en la tentación de estar “presente” en todos lados, administrar con “control remoto”, hay cosas que sí se puede, hay cosas que no.
Estar donde está el cuerpo es una práctica que nos hace dimensionar y atender nuestros afectos y asuntos mejor. Entender que se puede hacer todo, pero no al mismo tiempo, es algo difícil de metabolizar y poner en práctica más porque tenemos la idea del “multitasking” muy arraigada, pero vale la pena concentrarte en donde estás, en donde está y se requiere tu presencia: mejora tu escucha y la apreciación de lo que sucede contigo, con tus personas queridas, con tus cosas.