La agricultura protegida es una de las ramas más dinámicas del sector agroalimentario mexicano. Con aproximadamente 45 mil hectáreas bajo esquemas de invernadero, mallas sombra y microtúneles, la demanda de técnicos especializados crece al ritmo de esta industria.
Ante esta necesidad, CEICKOR, Centro de Estudios en Innovación y Control de Agricultura Protegida, ha desarrollado un modelo educativo centrado en la formación práctica de profesionales enfocados exclusivamente en esta área.
“Somos una universidad especializada en agricultura protegida, todo lo que está cubierto. Nuestra oferta educativa se basa en dos programas: un técnico superior universitario en cultivos protegidos y una ingeniería en agricultura protegida, con un enfoque práctico desde el primer día”
Ingeniero Félix Tarrats, director general de CEICKOR
El proyecto educativo de CEICKOR inició hace más de una década, cuando el crecimiento de la industria de invernaderos evidenció una carencia de formación técnica adecuada. A partir de cursos impartidos desde 2006 y con la experiencia directa en producción agrícola, la institución desarrolló un modelo basado en el aprendizaje vivencial.
Los estudiantes viven en residencia dentro del campus, el cual está integrado a una empresa productiva con 8 hectáreas de invernaderos, donde los alumnos practican diariamente y eso les permite obtener experiencia real.
El tamaño reducido de la universidad, alrededor de 100 alumnos en total y 20 egresados por año, permite mantener una relación cercana entre docentes y estudiantes, con seguimiento personalizado.
Integración de tecnologías para el campo
Gran parte de los programas educativos en CEICKOR están enfocados en la sustentabilidad.
“La agricultura protegida va caminando hacia la competitividad y hacia cómo cuidamos los recursos naturales. Enseñamos a nuestros alumnos a usar sistemas de recirculación de agua y desinfección por UV, tecnologías que ya aplicamos aquí”, señala el director.
Además, CEICKOR ha comenzado a incursionar en agricultura vertical, con un laboratorio de producción en contenedores y sistemas de luz LED ajustable. Aunque estas tecnologías aún no son ampliamente adoptadas comercialmente en México, forman parte del aprendizaje para que los estudiantes estén preparados para el futuro del sector.
“Tenemos el primer contenedor con luces donde podemos variar la onda de luz. Es un sistema que recicla el agua y usa lana de roca como sustrato. Queremos que los alumnos se familiaricen con esta tecnología emergente”, agrega el ingeniero Félix Tarrats.
Sumado a lo anterior y a medida que el sector incorpora herramientas como inteligencia artificial, sensores, automatización y drones, CEICKOR ya está integrando estas tecnologías en sus procesos de enseñanza y en la operación de sus invernaderos. Sin embargo, aunque estas innovaciones optimizan muchas tareas, no sustituyen la necesidad de especialistas.
Al contrario, se requerirá cada vez más talento técnico capaz de interpretar datos, tomar decisiones estratégicas y operar sistemas complejos con criterio agronómico.
En este contexto, CEICKOR busca ser esa alternativa que dote de capital humano calificado a un sector en expansión, con una metodología que vincula estrechamente la teoría con la práctica agrícola.